viernes, 29 de abril de 2011

El Bicentenario como reflexión. Conmemoración con crítica histórica e historiográfica . Nicolás Machado Güida

El Bicentenario como reflexión. Conmemoración con crítica histórica e historiográfica .
Nicolás Machado Güida[1]
Las conmemoraciones de hechos tan relevantes para una sociedad hacen parte de un continuo proceso de construcción de la memoria de las mismas.
El sistema educativo no puede quedar por fuera de estas conmemoraciones. La pregunta es qué rol deben cumplir las instituciones educativas en el marco de los festejos por el “Bicentenario”, ¿debe plegarse a las conmemoraciones oficiales? Por supuesto, entonces,  el tema a discutir es: ¿qué es lo que pueden aportar de particular, original y significativo las instituciones educativas?
La educación tiene el deber y la posibilidad de “problematizar el Bicentenario”, y nuestra disciplina tiene una extraordinaria importancia (además de la especificidad del tema)  por su voluntad totalizadora (única en el intento de abarcar de forma global, y en sus interrelaciones, todos los elementos que se integran en la dinámica social), y por ello puede ser empleada como una herramienta valiosísima para la formación de una conciencia crítica. Si se espera que la Historia ayude a nuestros estudiantes a comprender el mundo, no se pueden desperdiciar éstas instancias como una gran oportunidad de “pensar la historia”[2].
La interacción entre pasado y presente es lo que se ha llamado la función social del pasado o de la historia. Así, Lucien Febvre decía en 1949: la historia “(…) recoge sistemáticamente, clasificando y reagrupando los hechos pasados, en función de sus necesidades presentes. (…) Organizar el pasado en función del presente: así podría definirse la función social de la historia”.
En síntesis, las instituciones educativas no deberían prescindir de la tarea de propiciar el debate y la crítica histórica e historiográfica del “Bicentenario”, aprovechando la efervescencia que brindan las conmemoraciones.
Se puede aprovechar la oportunidad para desmitificar a los fundamentos de la historiografía nacionalista, descubrir  la complejidad y los conflictos que recorren el entramado social, el cerco de importancia de la economía, de la producción, de la desigualdad, rescatar el papel importante que cumplieron las mujeres en todo el proceso.
En definitiva, de lo que trata esta propuesta es de hacer vívida la relación pasado-presente, presente-pasado, incorporando la construcción de hipótesis de futuro.
La relación pasado presente se da en un doble sentido como plantea Marc Bloch: retrospectiva, “comprender el presente a través del pasado”; y, prospectiva, porque permite “comprender el pasado mediante el presente.
La historia está siempre referida a una realidad concreta, está referida a la realidad presente y a las “necesidades” de la misma.
Como dice Le Goff[3], “El pasado es una construcción y una reinterpretación constante, y tiene un futuro que forma parte integrante y significativa de la historia y de la Historia.
Estas cuestiones son las que la educación debe incorporar en esta circunstancia que constituye una oportunidad ineludible.
Con el fin de atender lo anteriormente expuesto se propone:
§         Realización de talleres planificados por equipos docentes (pueden incluir la   lectura de fuentes)
§         Incorporación de la temática en los programas (por ejemplo, en Ciencias Sociales- Economía,  incluir la Historia económica del período).




[1]          Profesor de Historia en C.E.S. y C.E.T.P.
            Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Educación (FHCE)
[2]           Le Goff, Jaques. Pensar la historia. Barcelona: Atalaya, 1995.
[3]           Le Goff, Jaques. Ob.cit.

1 comentario:

  1. Es èsta una propuesta para la Esc. Superior de Comercio "Villa Muñoz", en el marco de la "conmemoración del Bicentenario"

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